Fundación para el futuro: Ahualulco de Mercado celebra títulos de propiedad históricos
Las familias de Ahualulco de Mercado, Jalisco, México, rompen el ciclo de la pobreza con la propiedad de la tierra.
Empoderar a las mujeres a través de los derechos de propiedad no se trata solo de la vivienda, sino de crear un cambio social duradero.
Cuando Esmeralda recibió su título de propiedad, no solo recibió una hoja de papel, sino que tomó el control de su futuro. Como madre soltera, la propiedad de la tierra significaba estabilidad, seguridad y la capacidad de generar riqueza generacional para su hijo. La historia de Esmeralda representa una verdad poderosa que hemos presenciado repetidamente en nuestro trabajo: cuando las mujeres son propietarias de propiedades, comunidades enteras prosperan.
La realidad es cruda: las mujeres tienen muchas menos probabilidades de poseer propiedades que los hombres en América Latina. Esta disparidad perpetúa los ciclos de pobreza y vulnerabilidad que afectan de manera desproporcionada a las mujeres y los niños. Sin derechos de propiedad, las mujeres suelen carecer de las garantías necesarias para acceder a préstamos, iniciar negocios o crear seguridad financiera para sus familias.
Pero queremos romper el ciclo, empezando por casa.
New Story tiene como objetivo que al menos el 60% de los propietarios de tierras participantes sean mujeres. Esto es el doble del promedio nacional actual en México (30%). Esto ya lo hemos visto materializarse en nuestros proyectos recientes en asociación con UR+PA, incluso en Ahualulco, donde el 66,5% de los participantes son mujeres. Se trata de un cambio profundo en cuanto a quién tiene acceso al poder y las oportunidades económicas.
Cuando las mujeres son propietarias de propiedades, vemos impactos positivos en:
Los modelos de caridad tradicionales a menudo pasan por alto las barreras sistémicas que impiden a las mujeres acceder a los derechos de propiedad. Por eso, nuestro enfoque comienza con hacer que la propiedad de la tierra sea accesible y asequible a través de soluciones basadas en el mercado. Al trabajar con los municipios, las instituciones financieras y los desarrolladores locales, estamos creando vías para que las mujeres participen en el mercado inmobiliario formal.
Con la tierra como base para la generación de ingresos, garantía para el crédito y medio de ahorro para el futuro, las mujeres terratenientes pueden salir de la pobreza por sí mismas. Se convierten en participantes activas en el mercado y pueden establecer una relación formal con un banco y acceder a un préstamo para su vivienda y su negocio. El simple hecho de poseer un terreno aumenta el patrimonio neto y también aumenta las oportunidades financieras. Esta mejora de los medios de vida, en última instancia, trasciende a sus hijos.
Un hogar es más que un refugio: es la base para la transformación. Para las mujeres emprendedoras como Esmeralda, ser propietario de una vivienda proporciona la estabilidad necesaria para iniciar y hacer crecer negocios. Mientras diseña su casa con nuestro equipo, sueña con tener un segundo piso para su creciente familia y un espacio para operar su negocio de estilista y maquillaje.
Cada título de propiedad que se otorga a una mujer representa un paso hacia una mayor equidad de género. Cada vivienda propiedad de una madre crea nuevas posibilidades para sus hijos. Y cada comunidad en la que las mujeres tienen derechos de propiedad se vuelve más fuerte, más resiliente y más próspera.
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