Las reparaciones y ampliaciones de viviendas podrían resolver el 88% del déficit inmobiliario de México

Toda persona tiene derecho a una vivienda adecuada. Sin embargo, no todo el mundo se enfrenta a los mismos obstáculos en su camino para conseguirla.

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Toda persona tiene derecho a una vivienda adecuada.

Pero no todos se enfrentan a los mismos obstáculos en su camino para conseguirlo. Es por eso que utilizamos diversas intervenciones para abordar la crisis de la vivienda en América Latina. En México, hay un déficit de vivienda de 8,5 millones. No todas estas familias necesitan un nuevo hogar.

Alrededor de 7,4 millones de familias en México pueden obtener una vivienda adecuada al mejorar el refugio en el que viven actualmente. Eso significa que el 88% del déficit de vivienda podría resolverse mediante reparaciones y ampliaciones de viviendas.

Un error común es que cuando una familia carece de una vivienda adecuada, carece de todo tipo de refugio. Pero la crisis de la vivienda no es tan sencilla.

En New Story, adoptamos la definición de vivienda adecuada de las Naciones Unidas, que incluye siete requisitos:

  1. Seguridad jurídica de la tenencia
  2. Disponibilidad de servicios, materiales, instalaciones e infraestructura
  3. Asequibilidad
  4. Habitabilidad
  5. Accesibilidad
  6. Ubicación
  7. Adecuación cultural

Carecer de alguno de estos siete elementos significa carecer de una vivienda adecuada.

Muchas familias de bajos ingresos viven en viviendas inadecuadas porque carecen de acceso a los recursos y la información para gestionar el proceso de construcción gradual, reparar y/o ampliar sus viviendas. Sin acceso a los recursos y la información, las familias recurren a su último recurso: construir su propio refugio sin la ayuda de un experto en construcción y utilizar sus ahorros a medida que estén disponibles.

Sin acceso a la asistencia de expertos en construcción y a una financiación asequible, el proceso de autoconstrucción y de realizar las ampliaciones y renovaciones de las viviendas por su cuenta puede resultar un 50% más caro, desperdiciar un 30% de los materiales y tardar hasta tres generaciones en completarse.

Las familias de bajos ingresos que viven en viviendas inadecuadas y autoconstruidas pueden mejorar sus condiciones de vivienda y ampliar sus viviendas, pero no tienen acceso a una financiación adecuada y asequible. También carecen de los conocimientos técnicos necesarios para garantizar la seguridad y la calidad.

La mejora y la expansión de las viviendas existentes pueden ser la estrategia más impactante para reducir el déficit cualitativo de vivienda y poner a las familias en el camino hacia una vivienda adecuada, pero requiere superar algunas barreras:

  • La falta de préstamos adecuados y asequibles para cubrir los gastos de mejora de la vivienda
  • La falta de servicios de asistencia a la construcción a gran escala
  • La falta de información para que las familias puedan tomar decisiones como dueños del proceso
  • La falta de confianza de las familias en el uso de materiales alternativos, tecnologías de construcción y mejores prácticas

A partir de nuestra experiencia y conocimiento de las familias de bajos ingresos en México, esperamos que las agencias nacionales de vivienda impulsen las estrategias de vivienda dirigidas por los propietarios.

El déficit cualitativo de vivienda puede reducirse y resultar en una mejora de la calidad de la vivienda mediante:

  • Brindar asesoramiento experto en el diseño de productos, así como acceso a capital asequible a los proveedores de servicios financieros. Para que puedan desarrollar, poner a prueba, mejorar y expandir productos financieros adecuados que respondan a los niveles de asequibilidad y las capacidades de las familias de bajos ingresos.
  • Brindar experiencia en desarrollo empresarial a los profesionales que brindan asistencia técnica en la construcción para mejorar y escalar de manera sostenible sus modelos comerciales. Además, respaldan el trabajo de conectar sus servicios con los productos financieros. El objetivo es garantizar la calidad y la seguridad de la construcción.

En lugar de ver a las familias como beneficiarias, las vemos como propietarias del proceso para autoproducir sus viviendas.

Las familias merecen tomar decisiones personales sobre su vivienda. Y lo que hemos aprendido de ellas es que no siempre necesitan o quieren un nuevo hogar.

Abrir el mercado para que las familias tengan acceso a financiamiento asequible, asesoramiento técnico de construcción e información para reparaciones y ampliaciones de viviendas permite a las familias avanzar en su camino hacia una vivienda adecuada.

La crisis mundial de la vivienda es demasiado urgente como para depender únicamente de la única solución tradicional de construir viviendas. Por eso nos comprometemos a trabajar con el mercado para desarrollar soluciones que sean sostenibles, escalables y, lo que es más importante, que satisfagan las necesidades y los deseos de las familias.